La espiral de la mujer de Escorpio y el hombre de Libra – Horóscopos Diarios – Tarot Amor

Horóscopos Diarios – Tarot Amor


La espiral de la mujer de Escorpio y el hombre de Libra

En el extremo de una espiral nació nuestra relación, una espiral de códigos que tú y yo habremos de develar conforme vayamos rodando a su centro. Tú, un hombre de Libra, encantador, elegante y refinado. Buscas siempre la justicia donde quiera que te encuentres. Yo, una mujer de Escorpio, incomprendida, a veces difamada, trato de mantenerme a flote en este turbio océano que es la vida; en verdad, sólo sobreviven aquellos que luchan incesantemente.

¿Sensible u opresora?

Por donde paso las personas me llaman insensible, opresora —que opinión más injusta, eso no es una mujer de Escorpio—, si se tomaran la molestia de conocerme un poco más en profundidad sabrían que soy tanto o más sensible que ellos. Pero, por supuesto, es de débiles permitir que las emociones interfieran con el logro de los objetivos; una ha de remar siempre contra corriente, remontar con valor los remolinos que amenazan con hundir nuestra barca, permanecer fieles a nuestras creencias y luchar inagotablemente, entregándolo todo, por aquello que queremos —si a eso le llaman insensible y opresora, ¡hay de ellos!, creo… creo que es porque son personas sin mucha fortaleza.

Mientras las fuerzas del destino nos arrastran hacia el corazón del remolino, tú, Libra, y yo, Escorpio, nos amamos con pasión, como dos seres que han venido al mundo predestinados a encontrarse algún día y cumplir una misión. Tus palabras son tan sensatas, hablas siempre sosteniendo la balanza en tus manos, me siento muy atraída hacia ti, puedo sentir que yo a ti también te encanto, nuestra relación es perfecta. Aunque debo decir que hay cosas tuyas que a veces hacen que me sienta muy desgraciada, se trata de esa facilidad tuya de sentirte muy a gusto entre otras personas, incluso con otras mujeres; tú sabes que yo no soy así y verte en estas circunstancias hace que explote en celos.

Otras relaciones, sociales y amistosas

Mientras nos aproximamos al centro mismo del remolino, allí donde habrá de decidirse definitivamente nuestro futuro, me fascino con la manera en que, gracias a tu inteligencia, sabes resolver los problemas que se nos presentan. En realidad, no estoy en contra de que te relaciones con más personas distintas al estrecho círculo que me rodea a mí, de hecho adoro esa sensación de sentir que a través de ti puedo moverme con más soltura entre tanta gente. Estoy feliz por haberte conocido, hombre de Libra; temo perderte, pero no puedo hacértelo saber, revelaría un aspecto de mí que preferiría mantener en secreto —las mujeres de Escorpio somos así, quisiera que lo comprendas—; sé que me quieres, lo leo en tus ojos, en tu sonrisa, creo que te gusta la manera en que dejo brotar mis emociones cuando nos sentimos en confianza.

Hemos llegado al corazón del remolino. Perdóname si sientes que soy opresiva, lo que hago lo hago para que nuestra relación perdure, porque te amo. Me llamaste «autoritaria», ¿cómo pudiste?, yo no te pido más a ti de lo que me exijo a mí misma. No te has percatado de que todo el peso de las dificultades lo llevo prendido a mi pecho, que tengo que sacrificarme porque las cosas salgan bien, para ti  y para mí. No estaría de más que hicieras uso de esa mitificada justicia tuya y me dieras el lugar que me merezco en tu vida. Tienes dudas, hombre de Libra, puedo sentirlo, tu mente es un libro abierto para mí, conozco tus puntos débiles.

… pero, en este remolino en el que estamos tenemos dos opciones, dejarnos abatir por su furia o encontrar una salida juntos. Por mi parte comprendo que soy demasiado posesiva y que tus necesidades no siempre son las mías; no obstante, hago el voto de que, si es necesario, cederé terreno, nuestra relación es más importante; haz lo mismo por mí, por favor.

X