MARTE EN GÉMINIS, MÁS PROVISIONES EN EL ARSENAL DE ESTE SIGNO

Debemos tener siempre en mente que, si no disponemos de nuestra carta astral, el conocimiento que tengamos de Marte en Géminis, necesitará pulirse un poco antes de poderse utilizarlo como guía que habrá de encaminarnos por el carril de nuestro destino.

Géminis es un signo de aire, por lo tanto, la influencia de Marte sobre este signo enciende el aspecto competitivo de las personas que viven bajo su potestad. Éstas son espoleadas por un aguijón que les inyecta una manifiesta necesidad de encontrar un contrario ante quien desplegar su arsenal de argumentos hábilmente elaborados, aunque la persona a quien eligen como contendiente no siempre sea la idónea para establecer este tipo de intercambio intelectual.

GEMINIS CON MARTE EN SUS DOMINIOS

A veces Géminis, con Marte en sus dominios, lo sabe mejor que nadie, la persona contra quien tiende este confrontamiento no es capaz de encararlo al mismo nivel; pero las ganas de entablar este debate son más fuertes y Géminis no puede evitar realizar un debate que paulatinamente irá modificando el terreno donde se realiza, hasta trasladarse a su propio mundo interior. Al final de la jornada, el contrincante de Géminis yacerá en el suelo, desarmado y derrotado; sin embargo, al ampliar el campo de visión, distinguiremos a dos gemelos esgrimiendo en iguales condiciones sus más refinados instrumentos de combate.

Otra faceta de Marte en Géminis es su instinto para pisar siempre en suelo firme cuando atraviesa, saltando de un lugar a otro, un peligroso pantano. No sólo se trata de que saben dónde pisar cada vez, sino que además son capaces de caminar por el sendero más fácil y angosto. La persona de Géminis, en estas circunstancias, puede maniobrar hábilmente en otros terrenos gracias a su despliegue multifacético de los numerosos ases que tiene ocultos bajo sus cuatro mangas.

Si es en un volcán, Marte en Géminis se hará de lava, acoplándose orgánicamente al flujo que recorre sus laderas; Si es en un desierto, despierta su naturaleza de viento, mutando inmediatamente y, sin dar tiempo a que nadie lo note, formará parte de una tormenta de arena; Si es en el frío ártico, se arropará con vestiduras de cristal, integrándose fácilmente en este o cualquier nuevo entorno por donde su destino tenga a bien conducirle.

Esta característica es propia de Géminis, aunque no con el mismo espíritu combativo que le otorga Marte. No se debe a la versatilidad o adaptabilidad de este signo, sino, se debe a su naturaleza ambigua, desprovista de una identidad definida. Ni hombre ni mujer y a la vez ambos; no es frío ni calor, ni siquiera es una temperatura intermedia, es una fluctuación que adopta diversas formas en momentos diferentes.

La agudeza o genialidad de sus armas, tales como sus argumentos, no son necesariamente genuinas en el sentido de que éste las construye al instante, en el momento en que las requiera. Es la mejor habilidad de Marte en Géminis, poder abatir rápidamente a un rival, incluso siendo este último un experto en la materia sobre la que se debate. Es el efecto amplificado que tienen las palabras de Géminis, surgidas de dos mentes disímiles que al mezclarse generan palabras con más de dos filos.