Un amuleto para cáncer – Horóscopos Diarios – Tarot Amor

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Un amuleto para cáncer

Cuando uno crea su propio amuleto, debe, en todo momento concentrar su fe y sus pensamientos en la actividad de elaboración que está llevando a cabo. Un amuleto permitirá ahuyentar las vibras negativas que atenazan con su corrosivo ácido. Es un escudo que protege a la persona que los lleva puesto o tiene situado en algún lugar especial.

La forja del amuleto de Cáncer

El mejor momento para dejar que los pensamientos racionales desaten su fría lógica no es aquel en el que se tiene a las puertas del horno el recién amasado amuleto, presto a cocerse y adquirir la contextura que habrá de caracterizarlo durante su existencia. Mientras Cáncer siga los pasos de la creación de su amuleto no debe permitir que la razón, con su escasa amplitud de miras, interfiera en su labor.

Para Cáncer no será muy difícil pues es un ser intuitivo y emocional más que racional. Mientras se labra los flancos de un amuleto con las herramientas del espíritu, uno tiene que olvidar aquello que ha aprendido durante su vida y dejarse llevar por el juego mágico, por el rito secreto y personal, con el que insufla vibras benéficas en el corazón del amuleto.

Mientras Cáncer sujeta una bella pieza de ópalo multicolor, haciendo presión con sus dos dedos medios sobre su dura superficie, sintiendo el pulso de la frecuencia a la que vibra esta piedra preciosa, va transportándola hacia un espacio situado en otro plano de existencia.

Luego de depositarla en la seda sobre la que llevará a cabo su labor de alquimia, Cáncer da pequeños golpes rítmicos sobre la madera de una mesa. Tanteando primero, aventurando sonidos, tic tacs; va sincronizando paulatinamente el sonido acompasado de sus golpeteos con el inaudible palpitar que emerge del ópalo. Cuando siente que cada reverberación sobre la madera se corresponde con sus propias exhalaciones, y a su vez con la rítmica vibración de la piedra, ha llegado el momento de engarzarla en una moldura de cobre, preparada con anticipación para tal efecto.

El lugar, la concavidad metálica en la que vaya a parar la piedra, habrá de formar parte de un anillo, un pendiente o un collar. Mientras vaya acompañando a su dueño, a aquel a quien debe su lealtad, irá vertiendo en torno suyo un aura de paz, salud y prosperidad. Recubrirán a Cáncer con un espejo que desviará los rayos de oscuridad, impidiéndole caer en desesperación o en adversidades que no sean destinadas a su crecimiento personal.

El ópalo deberá ser resguardado como un tesoro preciado, manteniéndose fuera del alcance de manos ajenas, de energías dispares. Deberá ser sometido a una neutralización, a una recarga energética. Estas piedras preciosas son capaces de alterar las fuerzas de la tierra y actúan con ese mismo efecto en la vida de Cáncer, alterando el espacio sobre el que se difunde su aura, trasmutando la materia y la energía que le rodea. Actuando siempre en beneficio de aquel a cuyo servicio han sido predestinados, desde el momento mismo de su elaboración.

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